AMOR PROPIO

Antes de querer a nadie, quiérete a ti mismo. Este mensaje lo ejemplifica muy bien una frase de la canción Me dijeron de pequeño- Manuel Carrasco, y dice así: "Pero, quiérete primero y será fuerte el idilio". Es decir, que si no te quieres a ti mismo no vas a ser capaz de querer a nadie más.

Aunque parece fácil decirlo, creo que todos sabemos que no lo es. Pues bien, quererte a ti mismo implica asumir tus defectos, tus debilidades, tus problemas y todas las características de tu cuerpo o personalidad que no te gustan. Sin embargo, solo si lo consigues, podrás ser feliz, primero, contigo mismo, y, después, con alguien más.

Todos tenemos inseguridades, es normal, forma parte de nosotros, pero lo importante es trabajar esas inseguridades y convertirlas en fortalezas, o al menos, aceptarlas y asumirlas sin miedo y sin rencor. Las inseguridades pueden ser de todo tipo, desde el físico hasta la personalidad, pero todas ellas son muy dañinas y afectan enormemente a la autoestima y la salud mental. 

No tengo el truco mágico para el amor propio, pero lo que he aprendido yendo a terapia es que hay no hay que depender emocionalmente de nadie y hay que saber ser feliz estando solo, así como tener espacios en los que estemos solos con nosotros mismos y nadie más. Aunque parezca que no, la soledad enseña mucho, y de poco sirve estar rodeado de gente si no sabes estar contigo mismo. 

Es increíble la forma en que nuestras inseguridades se proyectan a los demás, pero es así. La energía de una persona se contagia, y nadie va a querer saber más de nosotros si ni nosotros mismos querríamos. 

Por esto y por mucho más, hay que priorizar siempre el amor propio. Repítete siempre esta frase: el único que va a estar toda la vida contigo eres tu mismo. Por ello, no te juzgues, no te menosprecies, no insultes a tu cuerpo, no te creas idiota e inferior. Valórate, háblate bien, admira tus imperfecciones y aprende de los errores. Eres único y nunca habrá nadie como tú, y eso tiene un valor incalculable.