LA MÚSICA Y LA SALUD MENTAL

- marzo 28, 2024

Si hay un tema que realmente me llega es el de la salud mental. Creo que todos estaremos de acuerdo si digo que a día de hoy, la salud mental sigue siendo un tema tabú. Nadie quiere hablar sobre ello, a nadie parece preocuparle; pero cuando te toca vivirlo de cerca te das cuenta de que la realidad es muy diferente.

Por suerte o por desgracia, quizá un poco más por la segunda, la salud mental siempre ha estado muy presente en mi vida. De hecho, desde que era muy pequeña ya acudía al psicólogo, y no me da ningún tipo de reparo admitirlo, porque si de algo estoy orgullosa es de poder decir que fui, voy, y seguiré yendo a un psicólogo durante toda mi vida. Para mí es algo importantísimo y creo firmemente que todos deberíamos acudir al menos una vez en la vida. Sin embargo, soy consciente de que este pensamiento no está muy extendido, aunque las cosas han mejorado un poco en los últimos años, todavía hay mucha gente que considera que el psicólogo es un lugar de locos, y ya no te quiero ni contar si hablamos del psiquiatra. A toda la gente que se niega a admitir la suma importancia de la salud mental y ser tratados por profesionales, yo siempre les digo una cosa: ¿A usted cuando le duele la cabeza dónde acude?; a lo que todos responden: al médico. Pues bien, cuando a alguien le duele el amor, la tristeza, el temor, la vergüenza e infinitas cosas más, debe ir al psicólogo. Normalmente estas personas insisten en que no tiene nada que ver el dolor de cabeza con el dolor emocional, al que algunos ni siquiera consideran como un dolor, pero lo cierto es que ese tipo de dolor puede llegar a ser más horrible que cualquier dolor físico. El dolor mental no se cura con una pastilla o con una operación, el dolor mental hay que trabajarlo, y ese proceso no todos están dispuestos a pasarlo.

Los seres humanos solo nos fiamos de lo que percibimos por los sentidos: lo que vemos, lo que oímos, lo que olemos, lo que saboreamos y lo que sentimos. El dolor físico se ve, incluso parece fácil ponerse en lugar de la otra persona, pues todos hemos tenido un dolor de cabeza, de tripa...pero, ¿Cómo vas a imaginarte lo que otro está sintiendo? Resulta que eso no sabemos hacerlo, o eso parece, pero sinceramente yo pienso que sabemos hacerlo perfectamente, el problema es que no queremos. Espero que las cosas vayan mejorando y que algún día logremos entre todos que la salud mental ocupe el lugar que merece, proporcionando además, una asistencia gratuita ( o al menos más económica) y eficaz. Pero mientras tanto, toca cuidarse, mimarse mucho y tener muy presente que está bien sentirse mal, que no siempre podemos con todo y que es fundamental acudir a profesionales de la salud mental cuando la situación se desborda.

Seguramente os estaréis preguntando que tiene todo esto que ver con la música, pero para mí la salud mental está completamente ligada a la música. En mi caso, sea cual sea la emoción que sienta, recurro a la música, pero cuando estoy triste o preocupada, recurro mucho más, porque la música, una vez más, me salva. Escuchar tus canciones favoritas en un momento de bajón y permitirte llorar y expresar lo que está pasando dentro de ti realmente cura y hace que te sientas mucho mejor. La música es una vía de escape, una alternativa ante un día malo y un rayito de luz cuando todo va mal. Yo te aconsejo de todo corazón que utilices la música como una aliada y que dejes que te acompañe en tus peores momentos, verás como te vas a sentir un poquito mejor.

Os dejo unas recomendaciones de canciones que escucho cuando estoy triste y que me levantan el ánimo o me permiten llorar hasta desahogarme.