MI SUEÑO DESDE PEQUEÑA ES SER PROFE

 Hoy os traigo, por primera vez, un artículo diferente, pues, esta vez, no voy a hablar de música. Pero, aun así, voy a hablar de algo que me gusta mucho y me hace ilusión de igual modo. 

Pues sí, como bien dice el título, mi sueño desde pequeña es ser profe. Siempre que me preguntaban: ¿Qué quieres ser de mayor?, mi respuesta estaba clara. Sin embargo, en bachillerato me entraron muchas dudas, ya que, desgraciadamente, existe una idea en la sociedad de que las carreras de ciencias son mejores que las de letras, y mucha gente con sus comentarios me hizo cambiar de opinión. Incluso, llegó un momento en el que me plantee hacer un carrera de ciencias...¡con lo que odiaba las mates!. Por suerte, me di cuenta de que solo me estaba dejando influenciar por comentarios negativos y volví al pensamiento que me había acompañado desde siempre. Aun así, las dudas no acabaron aquí, pues para ser profe hay muchas alternativas y puedes elegir un montón de carreras diferentes. Lo que sí tenía claro es que quería dar clase a gente de instituto o universidad, pero no a niños de infantil o primaria. Por lo tanto, dado que no existe magisterio en educación secundaria, las posibilidades eran aún mayores. Finalmente, tras mucho pensar, me decidí por la siguiente carrera: Grado en lenguas modernas, cultura y comunicación: mención francés. Por desgracia, la carrea no era lo que me esperaba y al finalizar el primer cuatrimestre la dejé, y me puse a buscar una que me pudiera gustar más. Si os soy sincera, no tuve que buscar mucho, pues la carrera que al final escogí estuvo siempre entre mis opciones, pero, por alguna razón, en el último momento la descarté. 

Y así fue, después de un año complicado y muy aburrido, me inscribí en el grado de lengua y litartura. El cambio era muy importante, no solo por la carrera en sí, sino porque me iba a ir a una universidad diferente, pero me atreví, y a día de hoy, no puedo estar más orgullosa de la decisión que tomé. Me está gustando mucho este primer año de carrera, y sobre todo, no dejo de pensar en que dentro de unos años podré cumplir mi sueño: ser profe, la profesión más bonita del mundo.